GRANDEZA: FEDERER & NADAL

GRANDEZA

Oliver Fernández Mena

La gigantesca mayoría de los tenistas participantes quisieran haber tenido un primer trimestre como Rafael Nadal o Roger Federer, muy pocos de ellos seguirán jugando tenis profesionalmente después de los 30 años y quizá sólo 5 de la actual nueva generación sean realmente competitivos en los próximos 15 años.

A veinte años de su debut en la gira ATP ambos colosos siguen siendo cabezas de serie, participantes permanentes del Top 5, embajadores del tenis en cada rincón del mundo a donde van y protagonistas de batallas épicas, que incluyen finales.

Los estadios se llenan cuando despliegan su tenis, los nuevos nombres empiezan a ser conocidos cuando vencen a los titanes, sin embargo la proeza no se repite y aunque los “expertos” llevan una década retirándolos siguen siendo el principal tópico de las noticias en este espectacular deporte.

Es complejo tratar de explicar lo que hay en la cabeza y corazón de Federer y Nadal, más allá de la dura disciplina física y mental que exige la raqueta, participar tanto tiempo en un tour tan desgastante jugando a alto nivel y sin que una derrota ante un nobel talento desmorone tu hambre de victoria solo se puede entender como sobrehumano.

Lo que más me gusta de ambos colosos es que con el paso del tiempo, ya con su leyenda forjada en letras de oros, el deporte blanco y sus éxitos los han convertido en mejores personas. Es cuando el espíritu supremo se revela y entonces se puede inspirar y hacer que más personas se hagan fanáticas de este bello deporte que la dupla Federer-Nadal han convertido en arte.

Más allá de los puntos mágicos y los partidos perfectos que ambos nos han regalado, queda aprender de su ejemplo. Ser imbatible significa aprender de tu derrota y lograr el fortalecimiento de tu espíritu ante la adversidad más cruda y cruel, que es el fracaso, el cual vuelven momentáneo para eternizar su voluntad en la cancha, así como en la vida.

Eso, en palabras sencillas, se resumen en GRANDEZA